El estrés y las prisas no nos dejan ir al origen de muchas de las molestias
que sufre nuestro cuerpo. Lo mejor es relajarse y dejar que nos
hable.
1. Se reduce la tensión
básica de la musculatura
esquelética.
2. Mejora la circulación en la periferia del cuerpo (manos,
pies, rostro, etc.).
3. La respiración se
vuelve más pausada
y regular, con una mayor oxigenación
del organismo.
4. Cambian los patrones de
las ondas cerebrales. Emitimos
el tipo de ondas que se producen
en situación de sueño,
diferentes de las que se emiten
en estado de estrés
y concentración intelectual.
5. El cerebro registra y produce
una sensación intensamente
placentera.
6. Se contrarrestan los efectos
negativos del estrés
y la aceleración: nerviosismo,
tensión mental y muscular,
tensión alta, problemas
de sueño, ansiedad,
adicción y depresión.